Respuesta
a su pregunta de Salud
Título
: Espondilosis cervical - Tratamientos.
Pregunta
(formulada el 20 de Diciembre del 2010):
Que
tratamientos hay para la espondilosis cervical
Gracias
Ana
Respuesta:
Estimada
Ana,
Sin tratamiento,
los signos y síntomas de la espondilosis cervical suelen disminuir
o estabilizarse.
En ocasiones
pueden empeorar. El objetivo del tratamiento es aliviar el dolor, ayudar
a mantener las actividades normales del paciente tanto como sea posible
y evitar lesiones permanentes en la médula espinal y los nervios.
Tratamiento
de los casos leves
Los casos
leves de la espondilosis cervical suelen responder a:
* El uso
de un collarín cervical de vez en cuando durante el día
para ayudar a limitar el movimiento del cuello y reducir la irritación
del nervio.
* El consumo
de analgésicos sin prescripción médica, como aspirina,
ibuprofeno (Advil, Motrin, otros) o acetaminofén (Tylenol, otros).
* Hacer
ejercicios prescritos por un fisioterapeuta para fortalecer los músculos
del cuello y estirar el cuello y los hombros. Ejercicios aeróbicos
de bajo impacto como caminar y ejercicios aeróbicos en el agua
son muy recomendable.
* La aplicación
de calor y hielo para aliviar el dolor. También puede el paciente
obtener algún alivio con cremas de mentol o a base de alcanfor,
así como con masajes o estiramientos.
Tratamiento
de los casos más graves
Para casos
más severos, el tratamiento no quirúrgico puede incluir:
* Tracción
en el cuello durante una semana o dos para reducir la presión
sobre los nervios espinales. Si el fisioterapeuta determina que la tracción
ayuda puede recomendar una unidad de tracción para uso domestico
(en casa) cuando sea necesario.
* Ejercicio
modificado con reposo intermitente. Las personas que permanecen activas
tienen más probabilidades de evitar la pérdida de su condición
física y de recuperarse más rápidamente. Es recomendable
que le paciente elija una actividad que no empeore su dolor y le permita
tomar breves descansos en una posición cómoda.
* Consumir
relajantes musculares, pastillas para combatir el dolor de los nervios
o analgésicos, tales como el metocarbamol (Robaxin) o ciclobenzaprina
(Flexeril), especialmente si se producen espasmos en los músculos
del cuello.
El médico
del paciente puede prescribir medicación más moderna específicamente
para el dolor ocasionado por los nervios espinales, como gabapentina
(Neurontin), pregabalina (Lyrica) o duloxetina (Cymbalta).
En algunos
casos puede recomendar un curso corto de analgésicos tradicionales,
como tramadol (Ultram) o medicamentos que contienen hidrocodona (Vicodin,
Lortab, otros) u oxicodona (Percocet, Roxicet, otros).
Estos analgésicos
tradicionales a menudo también contienen acetaminofeno (paracetamol).
* Inyección
de medicación corticosteroide alrededor del disco intervertebral
y los nervios raquídeos o espinales. La inyección combina
la medicación con corticoides con anestésico local para
reducir el dolor y la inflamación. Estos medicamentos pueden
ayudar a prevenir la necesidad de cirugía.
* Hospitalización
para controlar el dolor por vía intravenosa puede ser necesaria
en casos raros cuando otros tratamientos no quirúrgicos fallan.
Cirugía
Si fracasan
las medidas conservadoras, o si los signos y síntomas neurológicos,
como debilidad en brazos o piernas , son cada vez peores, el paciente
puede llegar a necesitar cirugía. El procedimiento quirúrgico
dependerá de la condición subyacente, como espolones óseos
o estenosis espinal. Las opciones quirúrgicas más comunes
incluyen:
* Enfoque
frontal (anterior). El cirujano hace una incisión en la parte
frontal del cuello y mueve a un lado la tráquea y el tubo por
el que se tragar (esófago) para exponer la columna cervical.
El cirujano puede quitar un disco herniado o espolones óseos,
dependiendo del problema subyacente. A veces, con la extirpación
del disco, el cirujano llena el vacío con un injerto de hueso
o de otro implante.
Con el
enfoque anterior, el cirujano puede aliviar la presión sobre
la médula espinal que causan los huesos o que causan protuberancias
múltiples de los discos o protrusiones discales, mediante la
eliminación de dos discos y el hueso entre ellos (corporectomía).
Después, para apoyar la cabeza y el cuello, el cirujano reconstruye
el área con hueso del propio cuerpo del paciente o con un implante
de metal combinado con hueso procedente de un banco de huesos
* Enfoque
dorsal (posterior). El cirujano puede optar por quitar o modificar los
huesos de la parte posterior del cuello, especialmente si varias partes
del canal que aloja la médula espinal se han reducido. La operación,
llamada laminectomía, elimina la parte posterior del hueso sobre
el canal espinal a través de una incisión en la parte
posterior del cuello.
La laminoplastia,
una alternativa a la laminectomía, consiste en cortar y mover
piezas de las vértebras para dejar más espacio para la
médula espinal. Aunque laminoplastia lleva más tiempo,
es menos probable que deje el cuello inestable.
Los
riesgos de la cirugía
Los riesgos
de estos procedimientos incluyen infección, un desgarro en la
membrana que cubre la médula espinal en el sitio de la cirugía,
hemorragia, coágulo sanguíneo en una vena de la pierna
y el deterioro neurológico. Además, la cirugía
no puede eliminar todos los problemas relacionados con la espondilosis
cervical.
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