Respuesta
a su pregunta de salud
Título
: Tensión arterial en un estado de ansiedad.
Pregunta
(formulada el 20 de Abril del 2012):
¿A
cuánto puede subir la tensión arterial en un estado de
ansiedad?
¿Cuales
serian los limites leves o moderados y cuales los excesivos?
Tengo
entendido que puede haber una variación de entre 30 mmgh / 70
mmgh en la presión alta.
Digamos
entre 150 y 190, pero quiero saber cuando es extrema.
Cristian
Respuesta:
Estimado
Cristian,
Según
la prestigiosa Clínica Mayo, la ansiedad no provoca presión
arterial alta (hipertensión) crónica. La ansiedad puede,
sin embargo, provocar picos en la presión arterial durante los
episodios de ansiedad o ataques de pánico.
A pesar
de que estos episodios son de carácter temporal, si son frecuentes
pueden causar daños físicos al igual que puede la presión
arterial elevada crónica.
En un estudio
de 1999 de los doctores Sabrina Paterniti, Annick Alpérovitch,
Pierre Ducimetière, Marie-Josè Dealberto, Jean-Pierre
Lépine y Jean-Claude Bisserbe, la ansiedad estaba asociada con
presión arterial elevada en un grupo de ancianos de la comunidad
de lengua francesa.
Según
los autores, la fuerte evidencia de una asociación entre la presión
arterial alta (definida con las medidas de 150 mm Hg y 85 mm Hg para
la sistólica y diastólica, respectivamente) y ansiedad
se apoya en un gran número de estudios caso-control (estudios
epidemiológicos) que comparaban o los síntomas psicológicos
en pacientes hipertensos y los controles, o la presión arterial
en pacientes con una variedad de trastornos psiquiátricos y los
controles (los que no tenían la enfermedad).
Este resultado
podría indicar que sólo la ansiedad patológica
se asocia con un mayor riesgo de presión arterial alta, y cuando
los niveles de ansiedad no son leves.
En un estudio
del 2008 de Ma, Long-Le; Kong, De-Gui; Qi, Xue-Wen; y Wang, Le-Xin,
pacientes con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) tenían
una presión sistólica media de 156.6 mm Hg y presión
arterial diastólica media de 101.5 mm Hg, muy superior a los
pacientes sin dicho trastorno.
En un estudio
del 2001, de S. Kurl; J.A. Laukkanen; R. Rauramaa; T.A. Lakka; J.
Sivenius; y J.T. Salonen, el aumento de la presión arterial sistólica
por cada minuto de duración de ejercicio físico se asoció
con el riesgo de accidente cerebrovascular .
Un incremento
en la desviación estándar sistólica de 1 por
minuto (18,8 mmHg) se asoció con un riesgo 2,3 veces mayor
de cualquier accidente cerebrovascular y un riesgo 2.3 veces mayor de
accidente cerebrovascular isquémico.