Muchos
estudios observacionales han demostrado un efecto protector de la actividad
física sobre el envejecimiento cognitivo, pero los estudios de
intervención han sido menos convincentes. Esto puede ser debido
a cortas escalas de tiempo de las intervenciones, a regímenes
intervencionistas subóptimos o a falta de efecto duradero. Confusión
por causas genéticas y de desarrollo comunes también son
posible.
Steves C.J., Mehta M.M., Jackson S.H.D. y Spector T.D. ,miembros de
los departamentos de Epidemiología Genética y de Gerontología
Clínica, del Kings College de Londres, se propusieron probar
si la aptitud muscular (medida por la potencia de la pierna) podría
predecir el cambio cognitivo en una población de más edad
saludable durante un intervalo de tiempo de 10 años.
Utilizaron en el estudio a 324 mujeres sanas (edad promedio al inicio
del estudio 55 años, rango 43-73 años), las cuales realizaron
la Batería Automatizada de Pruebas Neuropsicológicas de
Cambridge (CANTAB) al inicio del estudio y al los 10 años.
Las 25 pruebas en CANTAB examinan varias áreas de la función
cognitiva, incluyendo:
memoria general y aprendizaje,
memoria de trabajo y función ejecutiva,
memoria visual,
atención y tiempo de reacción ,
memoria semántica/verbal,
toma de decisiones y el control de la respuesta.
La relación entre la aptitud muscular y la estructura y función
del cerebro se evaluó mediante un modelo de regresión
lineal y pruebas t pareadas.
Los resultados mostraron una relación protectora sorprendente
entre la aptitud muscular (potencia de las piernas) y el cambio cognitivo
y materia gris total pasados 10 años.
Las conclusiones de los autores del estudio fueron que la potencia de
pierna predice el envejecimiento cognitivo y la estructura global del
cerebro. Intervenciones para mejorar la potencia de piernas en el largo
plazo pueden ayudar a alcanzar una meta universal de envejecimiento
cognitivo saludable.
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