Una
nueva investigación del University College de Londres
sugiere que los cambios en lo que una persona encuentra gracioso
pueden anuncian inminentes cambios en el cerebro, posiblemente
presagiando ciertos tipos de demencia.
Publicado
este mes en la revista Enfermedad de Alzheimer, el estudio encontró
que un sentido alterado del humor puede presagiar un diagnóstico
de demencia 10 años antes de que dicha demencia se manifieste.
Una
creciente inclinación por las payasadas, en lugar de
una preferencia por la sátira o el humor absurdo, por
ejemplo, caracteriza a casi todo el mundo que acaba desarrollando
demencia frontotemporal (enfermedad mucho menos común
que la enfermedad de Alzheimer, que generalmente afecta a personas
entre los 50 y los 60 años). Pero un cambio el como se
siente la comedia afectaba a menos de la mitad de las personas
diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer años posteriores.
"El
tipo de cambio podría ser una señal del tipo de
demencia que la persona va a desarrollar", indica Jason
Warren, neurólogo de la Universidad Colegio de Londres,
que dirigió el estudio.
Hay
que reconocer que el humor no es una forma convencional de pensar
en una enfermedad neurodegenerativa, ya que la mayoría
de la investigación en el área utiliza más
las herramientas de evaluación estándar, tales
como las pruebas de memoria, no ostante la perdida de memoria
no suele ser el tipo de cosas que los pacientes o familiares
notan primero.
Lo
que los pacientes o familiares notan primero suelen ser los
cambios sutiles en el comportamiento, incluyendo el humor.
Después
de todo, la mayoría de las formas de humor requieren
alguna forma de prestidigitación cognitiva. "Conseguir"
una sátira depende de la capacidad de cambiar la perspectiva
en un nanosegundo.
Chistes
absurdos se conducen con ligereza con nuestra comprensión
de la lógica y las normas sociales; el humor negro satiriza
tabúes.
Todos
son una rica fuente de datos sobre el cerebro.
"El humor es como una prueba de esfuerzo," indica
el Dr. Warren. "De la misma manera que usted está
en una cinta de correr para poner a prueba su sistema cardiovascular,
las bromas complejas están presionando al cerebro más
de lo normal."
Modesto
en tamaño, el estudio de Londres comparó 48 pacientes
de una clínica de demencia ambulatoria con 21 adultos
mayores sanos
Un
cambio en el tipo de comedia que la gente encuentraba divertida
resultaba ser un predictor sensible de un posterior diagnóstico
de demencia frontotemporal.
El
Dr. Warren advirtió que un estudio retrospectivo pequeño
como este es sólo un primer paso.
Indicando
también que sus hallazgos bien podrían aplicarse
a él mismo , dado que la demencia se hereda en su familia.
Sin embargo, admite no estar acostumbrado a pensar en el humor
de esta manera.
El
chiste atribuido a Groucho Marx de que «un payaso es como
una aspirina, solo que su efecto es dos veces como rápido"
captura su punto de vista.
En
un mundo perfecto, la risa sería el antídoto a
la enfermedad, no su bandera roja.