La
ciencia muestra que incluso la gente más sana puede morirse
de miedo (literalmente).
Noviembre
2012 | Boletin
Mensual de Salud
¿Se
puede llegar a morir, literalmente, de miedo?
Sí,
dicen los médicos, entre ellos el neurólogo Martin Samuels,
quien ha estado recogiendo datos sobre el fenómeno durante
años, incluyendo algunas partes de cadáveres conservados.
Médicos
de todo el mundo están identificando cada vez más un problema
cardíaco inusual incluso en personas por lo demás
sanas que han sufrido un severo susto, una experiencia traumática
o la pérdida de un ser querido.
Experiencias
atemorizantes, incluidas los desastres naturales, los asaltos a
mano armada e incluso algunas instalaciones de los parques de atracciones,
pueden hacer que el corazón de repente deje de funcionar correctamente.
Las víctimas
a menudo tienen los mismos síntomas que un ataque al corazón,
pero no muestran signos de obstrucción de las arterias.
El miedo
puede producir una insuficiencia cardíaca aguda repentina
incluso en personas que estaban perfectamente sanas una hora
antes.
Mientras
que muchos de estos pacientes sobreviven, otros no.
El doctor
Martin A. Samuels, presidente del departamento de neurología
del Hospital Brigham and Women de Boston, ha recogido cientos de casos
de personas que han muerto de repente en situaciones aterradoras.
Esto incluye
a víctimas de asaltos y allanamientos de morada, cuyo
asaltantes nunca llegaron a tocar a las víctimas, incluye a niños
que murieron en parques de atracciones; incluye a víctimas
de accidente de coche que sufrieron heridas muy leves y a un
hombre que saltó del techo del Hospital Brigham and Women
de Boston en 1980, y sufrió un grave daño al corazón
antes de que llegara a golpear el suelo.
Los estudios
también han documentado un aumento de las muertes súbitas
en las inmediaciones de Tel Aviv en 1.991 por los ataques con misiles
iraquíes, muertes súbitas en el terremoto de 1994 en Northridge,
California, y en el 11 de septiembre del 2001 por los ataques terroristas
en Washington, DC, y Nueva York.
El factor
unificador es que es el sistema nervioso quien controla el corazón
y eso puede hacer mucho daño.
Muchas
de estas muertes se deben a un súbito mal funcionamiento del
corazón desencadenado por un aumento de las hormonas del estrés
en el sistema del cuerpo llamado "lucha o huida" (respuesta
del organismo a estrés agudo).
Cuando
el cerebro percibe una amenaza, esta respuesta primitiva activa el sistema
nervioso simpático, el cual envía adrenalina y otras sustancias
químicas llamadas catecolaminas para incrementar la frecuencia
cardiaca y la presión arterial de una persona, tensar los músculos,
contraer los vasos sanguíneos y preparar el cuerpo para la
acción.
La mayoría
de las veces el cuerpo recibe la gran cantidad de adrenalina de manera
ordenada, después de todo es lo que ayudó a los humanos
sobrevivir en la selva. Pero una respuesta a estrés exagerado
puede dañar el sistema cardiovascular de diferentes formas.
Por ejemplo
una oleada de adrenalina puede alterar el ritmo normal del corazón
causando fibrilación ventricular, en la cual el corazón
late salvajemente y de manera ineficaz.
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