Sáquele
más al día haciendo coincidir las tareas con la
energía del cuerpo, por ejemplo actividades que exijan
capacidad pulmonar, a las 5 de la tarde.
¿Podría
hacer más y más cada día si lo hace todo
en el momento óptimo?
Un
creciente cuerpo de investigación sugiere que prestar
atención al reloj de nuestro cuerpo, y sus efectos sobre
la energía y el estado de alerta, puede ayudar a identificar
los diferentes momentos del día en los que la mayoría
de nosotros realizamos nuestro mejor esfuerzo en tareas específicas,
desde la resolución de conflictos hasta pensar creativamente.
Según
los investigadores de la productividad cada día más
personas tratan de gestionar su tiempo buscando ser más
eficaces, pero lo hacen a la antigua usanza, y no les funciona.
La
mayoría de la gente organiza su tiempo en función
de todo menos de los ritmos naturales del cuerpo.
La
demanda de la jornada de trabajo, los desplazamientos, los eventos
sociales y las actividades extra escolares de los niños
con frecuencia dominan el día, chocando inevitablemente
con los ritmos circadianos del cuerpo de la vigilia y el sueño.
Aunque
es difícil alinear los horarios de las actividades diarias
con el reloj del cuerpo, puede valer la pena probar, debido
a los importantes beneficios potenciales para la salud.
La
alteración de los ritmos circadianos se ha relacionado
con problemas tales como diabetes, depresión, demencia
y obesidad.
Cuando
se trata de hacer trabajo cognitivo, por ejemplo, la mayoría
de los adultos se desempeña mejor por la mañana.
Como
la temperatura corporal comienza a aumentar justo antes de despertar
y continúa aumentando a través del mediodía,
la memoria de trabajo, el estado de alerta y la concentración
mejoran gradualmente.
Tomar
una ducha templada por la mañana puede poner en marcha
el proceso.
La
capacidad de enfocarse y concentrarse normalmente comienza a
descender poco después del mediodía.
La
mayoría de las personas se distraen más fácilmente
desde el mediodía hasta las 4 de la tarde, según
una investigación reciente dirigida por Robert Matchock,
profesor asociado de psicología en la Universidad Estatal
de Pennsylvania.
El
estado de alerta y atención tiende a bajar en picado
después de comer.
La
somnolencia también tiende a subir a su punto más
alto a las 2 de la tarde, por lo que pudiera ser la mejor hora
para una siesta.
Sorprendentemente, la fatiga puede aumentar los poderes creativos.
Para
la mayoría de los adultos, los problemas que requieren
de un razonamiento innovador a menudo se abordan mejor en la
noche cuando se está cansado, según un estudio
del 2011 publicado en la revista Pensamiento y Razonamiento.
Cuando
a 428 estudiantes se les pidió que resolvieran una serie
de dos tipos diferentes de problemas, que requerían pensamiento
analítico o pensamiento innovador, su rendimiento en
el segundo tipo fue mejor en los momentos del día en
que estaban cansados, según el estudio.
Por
supuesto, el reloj de cada cuerpo no es el mismo, lo que hace
aún más difícil sincronizar los ritmos
naturales con los planes diarios.
Una
minoría significativa de personas operan en cualquiera
de los dos cronotipos distintivos, según programas de
investigación.
Dichos
cronotipos distintivos son:
-Personas
de Mañana, las cuales tienden a despertarse e ir a dormir
más temprano y ser más productivas al inicio del
día.
-Personas
de Noche las cuales tienden a despertarse más tarde,
comenzar más lentamente y alcanzar su pico en la noche.
El
rendimiento físico es generalmente mejor, y entre las
3 y las 6 de la tarde, segun Michael Smolensky, profesor adjunto
de ingeniería biomédica en la Universidad de Texas,
Austin.
La
fuerza muscular tiende a estar en su punto alto entre las 2
y las 4 de la tarde.
Los
pulmones funcionan un 17,6% más eficazmente a las 5 de
la tarde que al mediodía, según un estudio de
4.756 pacientes dirigido por Boris Medarov, profesor asistente
de medicina en el Albany Medical College en Nueva York.
La
coordinación de ojos y manos es mejor por la tarde, y
las articulaciones y los músculos son hasta un 20% más
flexible en la noche, reduciendo el riesgo de lesiones.
¿Existe
un mejor momento para comer? Para evitar que los kilos se acumulen,
según los expertos, es importante limitar el consumo
de alimentos a las horas de máxima actividad.
La
principal comida del día debería ser 30-45 minutos
después de una gran actividad.
Durante
ese tiempo, las enzimas responsables de la producción
de energía están más activas y las hormonas
almacenadoras de energía en la sangre son suprimidas.
Esto significa que habrá menos oportunidad de que la
energía se almacene como grasa.