El
7 de abril del 2010, Gary Moore de 48 años de edad fue
sometido a una cirugía de espalda llamada de
fusión en
el estado de Mississippi.
Horas
después de la operación falleció.
Gary
Moore sufría de degeneración de los discos intervertebrales
en la zona lumbar.
Doctores
que revisaron su historial médico de obstrucción
intestinal (sometido a 11 operaciones), problemas de corazón
(un stent colocado) y de diabetes, indicaron que el paciente
era un pobre candidato para una fusión espinal de 360
grados, operación compleja que conllevaba abrir su abdomen
y su espalda.
El
cirujano Adam Lewis creyó que la cirugía era lo
indicado ya que el dolor de espalda del paciente empeoraba y
los tratamientos conservadores como la terapia física,
quiropráctica, medicación e inyecciones de esteroides
no le dieron alivio alguno.
Sin
embargo hubo un aspecto de la cirugía que el doctor Lewis
no menciono al paciente antes de la operación: El cirujano
era accionista de la empresa Spinal USA, el fabricante de los
implantes utilizados en la cirugía.
La
cirugía de fusión, la cual conlleva unir o fusionar
vertebras, se utiliza para tratar una variedad de problemas
de columna.
Este
tipo de procedimiento quirúrgico, pasó de estar
en la posición 37 entre las operaciones más realizadas
en EE.UU. en 1998 a la 16 en el 2008, según la revista
Spine.
Una
ley federal prohíbe que los fabricantes de los implantes
paguen comisión a los cirujanos por el uso de sus productos.
Debido
a esto algunos cirujanos han empezado a fabricar sus propios
implantes.
El
inherente conflicto de intereses es motivo de preocupación
ya que los cirujanos pueden tener un claro incentivo financiero
(el precio de los implantes es considerable) para realizar mas
procedimientos quirúrgicos de los medicamente necesarios.
Al
menos hay 20 estados en EE.UU. donde existen empresas de implantes
quirúrgicos para cirugía de espalda creados por
cirujanos, las cuales tiene previsto usar su estrategia comercial
en otras aéreas quirúrgicas, tales como cirugía
de cadera, de rodilla y cardiaca.