Su
cuerpo envía señales al cerebro; el entendimiento
de dichas señales puede mejorar su salud.
¿Cómo de bien conocemos nuestros cuerpos y cómo
ello nos ayuda en el día a día?
El
intento de comprender la manera en que los humanos dan sentido
a todo el complejo sistema de retroalimentación que reciben
desde ojos y orejas hacia abajo ha alcanzado un nuevo nivel
de comprensión en la última década.
Uno
de los campos de la investigación, la cual se lleva a
cabo en el Reino Unido, Alemania, los EE.UU. entre otros países,
se centra en la comprensión de como el cerebro detecta
y reacciona a las señales que recibe del interior del
cuerpo.
Los
estudios han encontrado que las personas que mejor pueden leer
sus sensaciones físicas internas, una habilidad llamada
conciencia interoceptiva, tienen un sentido más claro
físico y mental de si mismas, incluyendo la capacidad
de experimentar emociones de manera más fuerte y de ser
capaces de controlarlas mejor.
También pueden tener una menor probabilidad de padecer
ciertas condiciones como dolor inexplicable (dolor sin una fuente
obvia), depresión, trastornos alimenticios y ataques
de pánico, según los investigadores.
Uno
de los grupos de interés son las personas que sufren
de dolor que no tienen una fuente obvia. Los expertos solían
pensar que dichas personas eran más agudamente sensibles
a sus cuerpos y con más claves para detectar el dolor,
sin embargo el trabajo de investigación reciente ha demostrado
lo contrario.
La
Dra. Pollatos, jefa del Departamento de Psicología de
la Salud en la Universidad de Ulm en Alemania, y su equipo estudiaron
a un grupo de personas con dolor inexplicable, pidiéndoles
que informaran de su ritmo cardíaco estando sentadas
en silencio durante intervalos de tiempo y centrándose
en su cuerpo sin tomarse el pulso a si mismas.
Su
frecuencia cardíaca real se midió al mismo tiempo.
Las
personas que son más precisas en la evaluación
de su ritmo cardíaco se las considera con mejor conciencia
interoceptiva.
Los
investigadores encontraron que quienes sufrían de dolores
inexplicables eran en realidad peores que el grupo de control
en la detección de su frecuencia cardíaca sin
tomarse el pulso.
Su
escaso conocimiento sugiere que pueden tener más dificultades
para diferenciar entre las diferentes sensaciones corporales,
por ejemplo donde un dolor se origina, indica la Dra. Pollatos.
En
lugar de sentirse molestas después de ser excluidas de
un grupo social, por ejemplo, estas personas pueden malinterpretar
las mismas señales corporales como dolor físico,
lo que podría ayudar a explicar por que experimentan
continuado y dolor difuso.
Del
mismo modo, la mala interpretación de las sensaciones
corporales puede desempeñar un papel en las personas
que sufren ataques de pánico.
En
otro estudio publicado el año pasado, el equipo de la
Dra. Pollatos encontró que las personas sanas con
más altos niveles de conciencia interoceptiva eran más
sensibles en la detección de estímulos dolorosos.
Esto podría ayudar a reaccionar al dolor físico
en situaciones cotidianas y por lo tanto prevenir lesiones.
Una
mayor conciencia interoceptiva, interpretar las sensaciones
físicas internas, también parece mitigar los comportamientos
de riesgo, según ha demostrado la investigación
del equipo de la Dra. Pollatos. En los estudios en que se pidió
a la gente jugar a ganar o perder dinero, los participantes
en sintonía con sus cuerpos tomaban siempre posiciones
de menor riesgo, tal vez porque eran mejores en la lectura de
información que sugiere la ansiedad, como por ejemplo
repunte en el ritmo cardíaco o el aumento de sudor de
sus cuerpos.
Formar
a las personas para que sean más conscientes de lo que
sus cuerpos les dicen, o al menos de sus latido del corazón,
ha sido difícil hasta ahora.
Simplemente
enseñarlas por ejemplo a través de la meditación
parece tener poco o ningún impacto en la capacidad
de estar realmente en sintonía con el ritmo cardíaco.