El
entrenamiento de fuerza desarrolla más que músculo
Octubre
2012 | Boletin
Mensual de Salud
La
mayoría de nosotros sabemos que el entrenamiento de fuerza
(con pesas, máquinas, o bandas de resistencia) puede ayudar
a desarrollar y mantener masa muscular y fuerza. Lo que muchos de
nosotros no sabemos es que músculos fuertes conducen a huesos
fuertes.
Y
huesos fuertes pueden ayudar a minimizar el riesgo de fractura debido
a la osteoporosis.
Una combinación
de cambios relacionados con la edad, con la inactividad
y con una pobre nutrición conspira para robar masa
ósea a una promedio del 1% cada año después
de cumplir 40 años de edad.
A medida
que los huesos se vuelven más frágiles y susceptibles
a la fractura, son más propensos a romperse incluso después
de una pequeña caída o por un estrés mucho menos
evidente como es agacharse para atar los cordones de los zapatos.
La osteoporosis
debe ser una preocupación para todos nosotros.
Por ejemplo
ocho millones de mujeres y dos millones de hombres en Estados Unidos
tienen osteoporosis. Siendo esta enfermedad responsable de más
de dos millones de fracturas al año, y con ese número
en aumento según los especialistas.
Las fracturas
de cadera son por lo general las más graves.
Seis
de cada 10 personas que se rompen una cadera nunca recobran
su anterior nivel de independencia. Incluso caminar por una habitación
sin ayuda puede ser imposible.
Numerosos
estudios han demostrado que el entrenamiento de fuerza puede jugar un
papel en el retraso de la pérdida de hueso y varios muestran
que incluso puede formar hueso.
Esto es
tremendamente útil para ayudar a compensar la disminución
de la masa ósea relacionada con la edad.
Actividades
que pongan tensión en los huesos estimulan depósitos
extra de calcio y empujan a la acción a células formadoras
de hueso.
El tirón
y el empuje sobre el hueso que se produce en el entrenamiento de fuerza
(y en los ejercicios aeróbicos en los que se soporta peso como
andar y correr) producen presión. El resultado es huesos más
fuerte y más densos.
El entrenamiento
de fuerza tiene además beneficios óseos que van más
allá de los ofrecidos por los ejercicios aeróbicos con
soporte de peso (andar y correr).
El entrenamiento
de fuerza afecta a los huesos de la cadera, la columna vertebral
y las muñecas, que, junto con las costillas, son las estructuras
óseas más propensas a fracturarse.
Los ejercicios
de resistencia especialmente aquellos que incluyen movimientos que
enfatizan la potencia y el equilibrio mejoran la fuerza y la estabilidad.
Esto puede
aumentar la confianza, estimular a permanecer activo, y reducir fracturas
mediante la reducción de las caídas.
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