En un tratamiento, no puede haber demasiado de algo bueno.
Septiembre
2014 | Boletin
Mensual de Salud
La
agresiva disminución de la presión arterial o de lo
niveles de azúcar puede poner a los pacientes en riesgo de
daño grave.
El
tratamiento agresivo de enfermedades crónicas como la hipertensión
arterial y la diabetes ha ayudado a reducir las muertes de pacientes.
Pero un nuevo estudio sugiere que algunos pacientes pueden estar recibiendo
demasiado tratamiento, lo que aumenta sus riesgos de salud.
Un estudio,
publicado el mes pasado en la revista de la American College of Cardiology,
revisó los registros médicos electrónicos de casi
400.000 pacientes del consorcio médico sanitario Kaiser Permanente
en California, pacientes que estaban tomando medicamentos para la presión
arterial alta, o hipertensión.
El informe
sugiere que los pacientes cuya presión arterial se reduce mediante
tratamiento por debajo de los niveles óptimos se encuentran en
un mayor riesgo de muerte o insuficiencia renal.
En el caso
de la diabetes, enfermedad en la que el cuerpo no puede controlar la
cantidad de azúcar en la sangre, en un estudio realizado por
la Escuela de Medicina de Yale investigadores de datos de Medicare (programa
de cobertura de seguridad social del gobierno de Estados Unidos), encontraron
un problema cada vez mayor en personas con diabetes que eran hospitalizadas
debido a una gran caída en el nivel de azúcar en la sangre
posiblemente debido a un tratamiento demasiado agresivo.
En su entusiasmo
para controlar agresivamente el azúcar en la sangre, los pacientes
se ponen en riesgo, indican los autores del estudio.
La presión
arterial, o la fuerza contra las paredes de las arterias cuando el corazón
bombea sangre a través del cuerpo, se mide por dos números,
presión sistólica y diastólica.
Guías
de tratamiento actuales recomiendan que los adultos de 30 a 59 con hipertensión
deben aspirar a un objetivo de presión arterial por debajo de
140 sistólica y 90 diastólica. Pero las directrices no
mencionan los peligros de tener una caída de presión arterial
por debajo de un cierto nivel. Y una vez que un paciente entra en tratamiento,
los médicos suelen ser menos propensos a reducir o retirar los
medicamentos.
En el estudio
de Kaiser Permanente, los pacientes que alcanzaron cifras de presión
arterial en el rango de 130 a 139 la sistólica y 60-79 la diastólica
tenían los menores riesgos de muerte e insuficiencia renal.
Aquellos cuya presión arterial se mantuvo más alta, entre
140 y 149 la sistólica, eran un 44% más propensos que
el grupo de bajo riesgo de morir o de desarrollar insuficiencia renal.
Pero cuando
la presión arterial se dejó caer en el rango de 120-129
la sistólica, los pacientes alcanzaban un 12% más de probabilidades
de morir o sufrir insuficiencia renal que el grupo de bajo riesgo. Y
cuando los niveles de presión arterial sistólica bajaban
a 110-119, los pacientes llegaban a un aumento del riesgo del 81%.
El estudio
analizó los pacientes que tomaban medicamentos para la presión
arterial. El estudio no sugiere que las personas cuya presión
arterial es naturalmente baja tienen en mayor riesgo.
En el estudio
de los beneficiarios de Medicare de 65 años o de más edad,
el Dr. Lipska y sus colegas encontraron que las tasas de ingreso hospitalario
por alto nivel de azúcar en la sangre, o hiperglucemia, habían
disminuido considerablemente entre los años 1999 y 2011.
Esas tasas
ahora son superadas por las hospitalizaciones debidas a hipoglucemia-
nivel demasiado bajo de azúcar en la sangre , que aumentó
un 11,7% en el mismo período. La hipoglucemia puede causar confusión,
convulsiones, debilidad, desmayos y un mayor riesgo de muerte
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