Cuando los relojes internos no están sincronizados.
Septiembre
2014 | Boletin
Mensual de Salud
La
nueva ciencia detrás de la interrupción causada por
la descompensación horaria.
El malestar asociado a cruzar diferentes zonas horarias ha sido reconocido
desde hace décadas. Lo que es nuevo es nuestra comprensión
de un fenómeno más amplio conocido por los científicos
como "la interrupción circadiana," un trastorno de
nuestro sistema de sincronización interna.
La interrupción
circadiana puede tener profundas consecuencias para la salud, y sus
causas se extienden mucho más allá de hacer de vez en
cuando un viaje transoceánico.
En los seres humanos, el ritmo circadiano de sueño y vigilia,
es decir, nuestras aproximadamente 24 horas de ciclo biológico,
se reajusta cada día por la luz que nos rodea.
Ello acomoda el reloj interno del cuerpo a la zona horaria local. O,
para ser más precisos, se reajusta nuestra miríada (cantidad
muy grande, pero indefinida) de relojes circadianos, porque ahora está
claro que el mecanismo opera no sólo en el cerebro sino también
en las células de la mayoría de tejidos y órganos.
Este sistema de sincronización era sencillo para los primeros
seres humanos. Sueño y la vigilia se producían de forma
natural; los cambios estacionales de la madrugada y del anochecer y
la longitud del día y de la noche eran previsibles y graduales
lo cual facilitaba el ajuste.
Cuando
los seres humanos emigraban a grandes distancias a pie, cambios
lentos a través de "zonas horarias" podían ser
acomodados fácilmente.
En el avance
rápido a la era moderna, cuando los horarios de trabajo comienzan
para la mayoría de nosotros con un reloj despertador que interrumpe
nuestro sueño, cuando la exposición a la luz es creciente
en la noche, cuando los viajes rápidos a través de husos
horarios son usuales,asi como los cambios de turno en las jornadas de
trabajo, y el retraso y la hora de las comidas irregulares, nos encontramos
con los ingredientes para la interrupción circadiana: un estado
en el que muchos relojes internos del cuerpo caen fuera de sincronización
uno con el otro y con el ciclo de luz del día y en algunos casos
dejan de funcionar por completo.
La disrupción
circadiana ocasional normalmente tiene solo consecuencias de menor
importancia para la salud , tales como la interrupción del sueño
o la fatiga diurna. Pero la interrupción crónica
puede conducir a enfermedades graves, como la diabetes tipo 2 y varios
tipos de cáncer. También puede causar supresión
de la función inmune, déficits cognitivos, aumento de
peso y el envejecimiento prematuro.
Cuando
cruzamos usos horarios , nuestro reloj central (en una parte del cerebro
conocida como núcleo supraquiasmático, o NSQ) recibe información
sobre la luz ambiental de la retina, lo cual indica el cambio en la
hora del día.
Esto altera
el ritmo del NSQ y debido a que los otros relojes de cuerpo están
débilmente acoplados al reloj central, los sistemas de órganos
a los que pertenecen necesitan tiempo para volver a sincronizarse,
es decir, para pivotar en armonía como péndulo conectado
a un reloj.
Durante
este tiempo de ajuste, las personas a menudo experimentan un malestar
físico y mental.
Para aquellos
que trabajan en turnos de noche durante la semana y vuelven a
los horarios normales los fines de semana, la situación se complica
aún más por su exposición a la luz por la noche.
Para muchos
trabajadores a turnos, especialmente aquellos en turnos rotativos, la
interrupción circadiana puede durar indefinidamente, resultando
en un aumento del riesgo de problemas gastrointestinales y cardiovasculares.
Los grandes
estudios con enfermeras de Estados Unidos y con mujeres en el ejército
danés que trabajaban turnos de noche también encontraron
una mayor incidencia de cáncer de mama.
La investigación
está empezando a mostrar como podemos regular los diversos relojes
internos que conforman el sistema circadiano. Además, la llegada
de monitores de pulsera y de bolsillo de bajo costo que pueden monitorear
la actividad y la inactividad puede eventualmente permitir a las personas
"automedicarse" mediante la optimización de su exposición
a la luz y minimizar la interrupción del sueño mientras
trabajan y viajan.
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