Efectos
secundarios reales versus efectos secundarios imaginados
El
temor a los efectos secundarios impulsa a muchos pacientes a
dejar de tomar sus medicamentos.
Los
efectos secundarios más comunes de los medicamentos más
consumidos son:
Estatinas
(para el colesterol): dolor muscular, daño al hígado,
problemas digestivos.
Betabloqueantes o beta bloqueadores (para la hipertensión):
visión borrosa, dolor de pecho y mareos.
Ibuprofeno (para el dolor leve): malestar abdominal,
acidez de estómago e hinchazón.
Metformina (para la diabetes tipo 2): dificultad para
respirar, escalofríos y disminución del apetito.
Hormona tiroidea (para el hipotiroidismo): pérdida
de peso, dificultad para dormir y temblores.
Muchas
personas suelen creer, según el estudio mencionado a
continuación, que están experimentando efectos
secundarios, incluso cuando no están tomando medicamento
alguno (recibiendo placebo o medicación simulada),
efectos que van desde leves mareos al dolor muscular pasando
por palpitaciones del corazón.
Una
revisión de 21 ensayos clínicos aleatorios sobre
la depresión, publicados en la revista Psychiatry Research
el año pasado, encontró que entre 3255 pacientes
que recibieron tratamientos con placebo, alrededor del 45%
informó de al menos un efecto adverso o secundario, como
por ejemplo dolor de cabeza, mareos o fatiga.
En
un meta-análisis similar que analizaba el tratamiento
del dolor, los investigadores encontraron que muchos pacientes
eran propensos a reportar efectos secundarios no deseados,
incluso cuando se les daba un placebo. El análisis,
publicado en la revista Pain de este año, revisó
10 estudios separados realizados con un total de cerca de 335
pacientes.
Y
en un estudio de marzo de este año en la revista Annals
of Internal Medicine, ocho pacientes que tomaban estatinas para
reducir el colesterol que reportaron dolor muscular fueron examinados
para determinar si los síntomas eran debidos a la medicación.
En ninguno de los pacientes fue este el caso.
Se
han encontrado resultados similares en pacientes que toman bloqueadores
beta, una clase de fármacos de uso común para
la hipertensión y problemas cardiovasculares, y en pacientes
que toman medicamentos utilizados para tratar la migraña,
fibromialgia y otras condiciones.
"Es
bastante común", según Paul Enck, profesor
de psicología médica en la Universidad de Tübingen
en Alemania. "Cuando los pacientes toman medicamentos
hacen atribuir todos los efectos que sienten a la medicación
en lugar de a su salud, al medio ambiente, al clima o a la cerveza
de la noche anterior."
Para
probar un efecto secundario percibido, muchos médicos
indican al paciente que deje de tomar el fármaco durante
una semana o dos para ver si los síntomas desaparecen
y luego retomar el fármaco.
Si
el síntoma vuelve, los médicos a menudo tratan
de encontrar un medicamento diferente. Los efectos secundarios
como erupciones o fiebres son relativamente fáciles de
evaluar para un médico. Los efectos secundarios subjetivos,
como los dolores y la fatiga, son más difíciles
de determinar si están causados por un medicamento
o por otro motivo.
Michael
Perskin, jefe de geriatría en el Hospital Tisch, parte
del Langone Medical Center de la Universidad de Nueva York,
indica que a veces está muy claro si un efecto secundario
es imaginado. Algunos pacientes, por ejemplo, informan de un
efecto secundario después de tomar una dosis de un
medicamento que se sabe que tardará varios días
en causar síntomas. Otra pista: cuando una persona
dice que tienen efectos secundarios con tres fármacos
diferentes los cuales suelen causar tales síntomas en
menos del 1% de los pacientes.
Los
cardiólogos opinan que el temor a los efectos secundarios
hace que sea difícil convencer a algunos pacientes con
problemas del corazón a que empiecen a consumir estatinas.
Los foros de Internet están llenos de personas hablando
de los posibles efectos secundarios de las estatinas, tales
como mialgia, dolor muscular y disfunción cognitiva,
también conocida como niebla del cerebro.
El
dilema para el médico es saber como abordar el tema con
los pacientes, según el doctor Steven Nissen, presidente
del departamento de medicina cardiovascular de la Clínica
Cleveland, describir demasiados posibles efectos secundarios
suele ser contraproducente ya que el paciente dejara de
tomar el medicamento a la primera vez que sienta algo.
El
Dr. Nissen indica que siempre les habla a sus pacientes sobre
los potenciales efectos secundarios. Pero si se trata de un
medicamento que les puede salvar la vida, es menos probable
que les mencione la lista de los innumerables síntomas
negativos que causa el fármaco.