Prevenga la diabetes comprendiendo como la insulina
regula el azúcar en la sangre.
En
una persona con diabetes, la capacidad del cuerpo de secretar insulina
está deteriorada.
El
páncreas es un órgano alargado que se extiende a través
del abdomen, debajo del estómago. Además de secretar
ciertas enzimas que ayudan en la digestión de los alimentos,
el páncreas también fabrica las hormonas responsables
de regular niveles de glucosa en la sangre.
Dispersadas
a través del páncreas hay más de un millón
de minúsculas células conocidas como los islotes de
Langerhans. Cada islote contiene diversos tipos de células.
La mayoría son células beta, las cuales producen
y almacenan la hormona insulina hasta que es necesitada por el
organismo.
También
localizada en los islotes están las células alfa, las
cuales producen y almacenan la hormona glucagón que contrarresta
los efectos de la insulina.
Después
de una comida los carbohidratos se descomponen en pequeñas
moléculas a medida que los alimentos viajan a través del
tracto digestivo.
Los carbohidratos
complejos (como pasta y patatas) con largas cadenas de glucosa requieren
más digestión que los azucares simpes (como un caramelo
o el azúcar de mesa).
La digestión
empieza en la boca. Una enzima salivar llamada amilasa descompone los
carbohidratos en pequeñas moléculas que pasan a través
del esófago y del estomago y van al intestino delgado.
A continuación
otro tipo de amilasas del páncreas y enzimas en el intestino
separan los carbohidratos parcialmente digeridos, en simples moléculas
de azúcar lo suficientemente pequeñas para ser absorbidas
por la pared intestinal.
La glucosa
absorbida y otros azucares simples viajan después hacia el
hígado.
Una vez
allí los azucares simples se convierten en glucosa en el hígado,
el cual desprende glucosa en el riego sanguíneo en función
de las necesidades de energía del organismo.
Parte de
la glucosa no utilizada se almacena en el hígado y en
el tejido muscular como glucógeno a la espera de futuras necesidades
de energía y el resto se almacena como triglicéridos en
el tejido adiposo (grasa)
Después
de una comida que contiene carbohidratos y la glucosa entra en el riego
sanguíneo, se desencadena una respuesta del páncreas
que hace que las células en los islotes de Langerhans en
el páncreas produzcan y desprendan insulina.
La insulina,
a su vez, permite que la glucosa se traslade desde el riego sanguínea
a las células en el cuerpo, donde se utiliza como energía.
Cuando
se tiene Diabetes Tipo 1, el páncreas produce poco o nada
de insulina, y la glucosa permanece en el riego sanguíneo en
lugar de entrar en las células.
Cuando
se tiene Diabetes Tipo 2, el páncreas produce y desprende
insulina, pero las células no son lo suficientemente sensibles
a ella lo que hace que entre insuficiente glucosa en las células.
La glucosa
que permanece en el riego sanguíneo le indica al páncreas
que produzca incluso más insulina.
De hecho, sin embargo, el páncreas no es capaz de producir suficiente
insulina para cubrir la respuesta reducida de las células a la
insulina.
Recapitulando:
En una
persona sin diabetes, las células beta detectan los niveles
de aumento de glucosa en la sangre y secretan la insulina en la sangre.
Una vez en el riego sanguíneo, la insulina ayuda a la glucosa
a entrar en las células donde se quema como energía o
se convierte a glucógeno por el hígado y los músculos,
donde queda almacenada para futuras necesidades energéticas.
Por otro
lado, una bajada o caída de los niveles de azúcar en la
sangre, por ejemplo cuando no se ha comido lo suficiente durante horas,
estimula las células alfa a secretar glucagón en la sangre.
El glucagón
eleva los niveles de azúcar en la sangre indicándole al
hígado que convierta el glucógeno almacenado en glucosa
y la desprenda en el riego sanguíneo.
Normalmente
la secreción de estas hormonas por el páncreas está
perfectamente equilibrada: La
células alfa y beta continuamente controlan los niveles de azúcar
en la sangre y desprenden insulina y glucagón cuando es necesaria.
Pero
en una persona con diabetes, este delicado equilibrio esta deteriorado
debido a que las células beta producen poco o nada de insulina,
las células del organismo son resistentes a la insulina o una
combinación de ambos casos está en funcionamiento.
El hecho
es que la glucosa no puede entrar en las células eficazmente
y permanece en la circulación sanguínea.
El resultado
es un nivel persistente alto de glucosa en la s sangre (hiperglicemia
o hiperglucemia).
Sin tratamiento,
la hiperglucemia puede llevar a serias complicaciones a largo plazo,
tales como enfermedades cardiacas, renales y oculares.
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