¿Está usted en riesgo de un ataque al corazón
después de hacer ejercicio?
Julio
2015 | Boletin
Mensual de Salud
Las personas activas durante la mediana edad y años posteriores
deben tomar precauciones.
La repentina
muerte de una persona aparentemente sana que hace ejercicio regularmente
es algo muy raro. Plantea un problema mayor: ¿Qué tan
bien conoce usted realmente su corazón?
Morir durante
o inmediatamente después de una actividad física ocurre
raramente. Pero la muerte relacionada con el ejercicio de un prominente
ejecutivo de Wall Street la semana pasada plantea, sin embargo, problemas
para las personas que quieren mantenerse activas durante la mediana
edad y años posteriores.
El ejercicio
regular es piedra angular de buena salud, y sus beneficios a largo plazo
tanto para la longevidad como para la protección contra los ataques
al corazón, cáncer y otras dolencias estan avalados por
muchos estudios. Los médicos opinan que hay estrategias para
reducir la ya baja probabilidad de que un entrenamiento se convierta
en tragedia.
James B.
Lee Jr., de 62 años de edad, vicepresidente de JP Morgan Chase
& Co., conocido por meter muchos entrenamientos en su apretada agenda
diaria, la semana pasada sintió falta de aliento haciendo ejercicio
y fue a un hospital, donde murió.
Su evento
podrían ser el resultado de un aneurisma de aorta u otra causa,
pero suele plantear preguntas sobre una enfermedad del corazón.
"El
ejercicio no es una vacuna contra la enfermedad cardiaca", dice
Michael Joyner, un fisiólogo del ejercicio de la Clínica
Mayo, en Rochester, Minnesota. Sin abordar específicamente el
caso del Sr. Lee, el Dr. Joyner señaló que los factores
de riesgo como alta presión arterial y alto colesterol son cada
vez más comúnes con la edad.
"Hombres de mediana edad en trabajos de alta tensión deben
hacerse un chequeo de vez en cuando", indica el el Dr. Joyner
Un número
creciente de personas en la mediana edad quiere mantenerse activa con
deportes de competición y el ejercicio regular. Los médicos
instan a otros que están sentados a unirse al grupo para mejorar
su salud. Pero acontecimientos de alto perfil, tales como la muerte
del señor Lee pueden agitar la ansiedad. Los investigadores dicen
que no hay motivo de preocupación.
"Hay
evidencia inequívoca de que la actividad física regular
y el ejercicio tienen múltiples beneficios que superan con creces
cualquier riesgo del ejercicio en sí", dice Jonathan A.
Drezner, director del Centro de Cardiología del Deporte de la
Universidad de Washington, en Seattle.
Es evidente
que una persona haciendo un fuerte ejercicio, ya sea en un treadmill,
en una carrera o en una cancha de baloncesto, eleva el riesgo de paro
cardíaco repentino, un acontecimiento típicamente fatal
que puede ser desencadenado por un ataque al corazón, pero es
el resultado inmediato de una arritmia fuera de control que hace que
el corazón deje de latir.
La mayoría
de los paros cardiorrespiratorios repentinos relacionados con los deportes
ocurre entre las personas por encima de los 35 años de edad.
La mayoría de las víctimas son hombres y la mayoría
ya tiene enfermedades del corazón, sabiendolo o sin saberlo.
"El
riesgo es mayor para personas que no hacen ejercicio de manera regular",
dice el Dr. Drezner. "La persona que hace un fuerte ejercicio un
fin de semana es mucho más vulnerable que la persona que hace
de de tres a cinco ejercicios de cardio a la semana".
Otra preocupación
es que las enfermedades del corazón a menudo pasan desapercibidas.
En la mitad de los casos, un ataque al corazón es el primer síntoma
de una persona con enfermedad coronaria significativa. Eleva las apuestas
sobre el control del colesterol y de la presión arterial asi
como otros factores de riesgo. Un aneurisma de aorta potencialmente
problemático, un abultamiento en el principal vaso sanguíneo
que lleva sangre lejos del corazón, raramente causa síntomas
y plantea un desafío para su detección temprana.
Dr. Chugh,
coautor de un reciente artículo titulado "Muerte cardiaca
súbita en atletas mayores de edad" en la revista de la American
College of Cardiology, enumera estos marcadores de alto riesgo: un riesgo
de 10 años de enfermedad de la arteria coronaria mayor del 5%;
colesterol muy alto; diabetes; una fuerte historia familiar de muerte
súbita cardiaca o cardiopatía temprana; o un índice
de masa corporal, una medida de la obesidad basada en la estatura y
el peso, mayor de 28.
Una persona
sedentaria que tiene cualquiera de estos marcadores debe recibir una
evaluación cardíaca cuidadosa antes de participar en deportes
o embarcarse en un programa de ejercicios.
Las víctimas
de paro cardíaco súbito a menudo ignoran las señales
de riesgo cardiaco, dicen los investigadores. Un estudio reciente encontró
que más de un tercio de dichas víctimas experimentaron
los típicos síntomas cardiacos una semana antes del evento.
"Todo aquel que hace ejercicio debe ser consciente de síntomas
que hacen no sentirse bien," dice el Dr. Drezner.
Un ligero
dolor en el pecho o dificultad para respirar, palpitaciones o sentimiento
más fatigado que generalmente puede parecer trivial, son signos
que advierten de que "definitivamente hay ver a un médico
para ser evaluado", dice el Dr. Brezner.
Fitness
expertos también apuntan a estudios que demuestran que los beneficios
de la actividad física vienen de la frecuencia, no de la intensidad.
Las personas
obtienen más del 50% de las ganancias de hacer ejercicio riguroso
solo por caminar, dice Michael Roizen, oficial jefe de bienestar en
la Clínica Cleveland.
Un calentamiento
gradual y un período de enfriamiento son componentes importantes
de un entrenamiento más riguroso, dice.
Y advierte
especialmente contra ser demasiado competitivo en un entrenamiento.
Un reciente
estudio del Dr. Chugh sobre casos de paro cardíaco llevado a
cabo en Portland, Oregón, ilustra como de raro este tipo de eventos
es.
Examinó
1.247 paros cardiorrespiratorios repentinos que ocurrieron entre personas
en edades de 35 a 65 durante un período de 11 años, período
terminado en el 2013.
Los investigadores
encontraron que sólo un 5% 63 casos fueron asociados
con la actividad deportiva, incluyendo 17 paros cardiorrespiratorios
haciendo carrera continua , siete haciendo ejercicio de gimnasio y otros
haciendo actividades tales como baloncesto, ciclismo, golf, voleibol
y fútbol.
"No
se puede realmente utilizar el riesgo de muerte súbita como una
excusa para no hacer ejercicio," dice el Dr. Chugh.
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