¿Tiene fiebre? Póngase dinero en la frente.
Julio
2015 | Boletin
Mensual de Salud
Un estudio sugiere que el dinero hace que las personas sientan
frío.
Un reciente
experimento de psicología sugiere que las personas que entran
en contacto con el dinero realmente pueden sentir físicamente
más frío.
Así
lo afirma un estudio publicado en febrero por tres académicos
de psicología en dos universidades europeas: Leonie Reutner y
Rainer Greifeneder, investigadora y profesor, respectivamente, en la
Universidad de Basilea en Suiza, y Jochim Hansen, profesor asistente
en la Universidad de Salzburgo, en Austria.
Las conclusiones
del estudio son apoyadas por otras investigaciones. "Un número
relativamente grande de los estudios son consistentes con estos resultados",
dice Norbert Schwarz, profesor rector de la Universidad del Sur de California
Departamento de Psicología y Marshall School of Business.
El Prof.
Schwarz cita estudios que muestran que una persona percibe a otra persona
como socialmente más cálida después de sostener
una taza de café caliente, o que experimenta una habitación
físicamente más fría después de haber sido
dicha persona rechazada socialmente o haber comido sola.
Kathleen
Vohs, profesora de la Carlson School of Management en la Universidad
de Minnesota, observa: "Cuando un humano incluso de tan sólo
tres años de edad está expuesto al dinero, actúa
más autónomo, menos amable."
Según
la Leonie Reutner los estudios demuestran la mera idea de que el dinero
lleva a una persona a actuar con frialdad.
Cuando
las personas cuentan dinero, lo ven o incluso pronuncian frases completas
con la palabra dinero se vuelven emocionalmente y físicamente
distantes y están menos dispuestas a ayudar a otras personas.
La calidez
física y calidez social [bienestar] se procesan en las mismas
áreas del cerebro.
Cuando
una pesona siente frío ve el mundo como un lugar frío,
un ambiente hostil, en el que todo individuo es responsable de sí
mismo. Debido a que el dinero hace que la gente siente frío,
esto podría explicar por que actúan de una manera más
egoísta.
Los investigadores
en un primer experimento pidieron a un grupo de participantes poner
su mano en un cuenco lleno de billetes de banco y a otro grupo [el grupo
de control] poner su mano en un cuenco lleno de papel multicolor.
Pidieron
a ambos grupos, posteriormente, estimar la temperatura de la habitación,
ya que cuando se siente calor o frío este se proyecto en el entorno.
Encontraron que la habitación se sentía más fría
2 grados Celsius [3,6 grados Fahrenheit] por parte del grupo que puso
su mano en dinero (billetes de banco) en comparación con el grupo
de control (que pudo su mano sobre papeles de colores).
En el segundo
experimento se pidió a los participantes poner sus manos en un
recipiente con agua que estaba 37 grados Celsius [98.6F] durante unos
10 segundos y luego estimar la temperatura.
Un grupo
[entonces] colocó sus manos en un tazón de dinero y calculó
la cantidad de dinero que había en dicho tazón , y un
grupo de control colocó sus manos en un plato con trozos de papel
y estimó el número de ellos.
Posteriormente
los investigadores bajaron la temperatura del agua a alrededor de 30
grados Celsius [86F], 7 grados menos. Los participantes pusieron sus
manos de nuevo en el agua, la cual fue recalentada, y se les pidió
que dijeran dicen cuando el agua alcanzaba su temperatura inicial.
El grupo
de dinero experimentó que el agua se calentaba antes en comparación
con el grupo control.
La idea
es similar a la adaptación del cuerpo a una temperatura fría
en el exterior y luego entrar en un lugar cerrado y sentir mucho calor.
Cuanto más frío se está, más cálido
el ambiente se siente en contraste con el cuerpo.
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