Los
médicos están tratando nuevas formas de resolver
un viejo problema que tienen: como decirle a sus pacientes que
no van a mejorar o a los familiares del paciente que algo trágico
ha sucedido.
Es
más usual para un médico dar malas noticias, que
ordenar análisis de sangre y revisar exploraciones. No
obstante tienen un problema: los pacientes, y sus familias por
supuesto, responden de muy distintas maneras cuando escuchan
algo no agradable sobre su salud.
La
efectividad de entrenar a los médicos en como dar malas
noticias ha dado resultados mixtos, con los pacientes a menudo
sin notar beneficio alguno.
En
un video de entrenamiento Andrew Epstein, un médico oncólogo
en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York,
enseña el arte de dar malas noticias a estudiantes de
medicina.
El
médico en el video está de pie, soltando incómodamente
surtidores de jerga médica que los miembros de la familia
del paciente para nada entienden.
Cuando
la realidad se menciona - que su padre y su marido está
muerto - las emociones intensas de la familia aturden al doctor.
Torpemente sugiere una autopsia antes de apresurarse a responder
a su gorjeante beeper .
"¿Cuánta
información un paciente y sus familiares quieren saber?
¿Qué técnicas se deben utilizar para decir
lo que deben saber? Es un blanco móvil ", dice el
Dr. Epstein, quien también está formado en medicina
paliativa.
El
doctor Epstein enseña a sus estudiantes los siguientes
seis conceptos:
1-Siempre
dar las malas noticias en una zona silenciosa y privada.
2-Preguntar
a los pacientes sobre lo que ya saben acerca de su situación
médica y si están de acuerdo en compartir con
la familia la información que tiene.
3-Utilizar
el silencio para reconocer la tristeza y otras emociones.
4-Evitar
la jerga médica.
5-Hablar
con claridad, pero con sensibilidad.
6-Empatizar.
Un
ejemplo de declaración de empatía: "Es claramente
una terrible noticia lo que les he dicho. No puedo imaginarme
lo que están ustedes pasando".
Estas
habilidades también pueden ser útiles en la vida
cotidiana fuera de la medicina cuando la mayoría de las
personas se encuentran a veces en situación de tener
que informar de algo malo.
"Malas
noticias de última hora son en realidad una oportunidad
de oro para profundizar en la relación médico-paciente",
dice Nila Webster, una paciente de cáncer de pulmón
estadio IV en Revere Beach, Massachusetts. "Que un médico
se ofrezca a estar disponible emocionalmente es un tremendo
regalo para cualquier paciente".
Un
estudio estima que un oncólogo comunica malas noticias
hasta 20.000 veces en su carrera profesional.
Las
reacciones del paciente y de la familia suelen cubrir una gama
amplia de respuestas anímicas, desde una extrema tristeza,
pasando a por el llanto, la incredulidad, la cólera y
llegando a golpes y amenazas.