Calcificaciones
intracraneales son comunes en pacientes con infecciones congénitas,
pero su apariencia no es específica, ya que reflejan las calcificaciones
distróficas similares a cualquier lesión cerebral crónica.
Ganglios
basales y calcificaciones corticales son características comunes
de todas las infecciones que constituyen el síndrome TORCH (toxoplasmosis,
otros, la rubéola, citomegalovirus, virus del herpes simple).
Infecciones
por citomegalovirus y toxoplasmosis dan lugar a calcificaciones peri-ventriculares
y subependimarias.
Curiosamente,
calcificaciones en pacientes infectados con toxoplasmosis pueden resolver
después del tratamiento.
La infección congénita VIH se asocia con calcificaciones
de la sustancia blanca periventricular y del cerebelo.
La infección herpes congénita (HSV-2), está asociada
con calcificaciones talámicas, calcificaciones periventriculares
y calcificaciones puntiformes corticales y extensas calcificaciones
gyral.
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