Formas de prevenir y controlar la exposición
a la radioactividad.
Marzo
2011.
Detención
Las
centrales nucleares equipan a sus trabajadores con monitores llamados
dosímetros para medir la exposición radioactiva.
También
se usan para medir exposición radiactiva los contadores
Geiger y dosímetros personales de película fotográfica
que se llevan en la ropa como identificador o distintivo, usados por
médicos y enfermeras que trabajan con radiación para
asegurarse de que no están expuestos a niveles excesivos.
Estos
aparatos los puede comprar cualquier persona por internet pero normalmente
solo los llevan quienes trabajan en instalaciones nucleares.
Algunos
países, por ejemplo Suecia, colocan monitores por distintas
zonas de su territorio para detectar radioactividad en el aire.
Detectores
de radiación en Suecia fueron los que alertaron al resto
del mundo del desastre de Chernobyl.
Prevención
La
mejor prevención es evacuar las aéreas con probabilidades
de recibir niveles peligrosos de partículas radioactivas.
En
casos de una situación seria, en la cual niveles no seguros de
material radioactivo ya están presentes, las personas en riesgo
deberían de evitar la escapada o huida (salir corriendo).
En
dicha situación lo adecuado es permanecer en el interior
de un edifico lo mejor cerrado posible.
El
refugio óptimo seria una casa de hormigón con puertas,
ventas y orificios sellados con plástico y cinta adhesiva.
Los
edificios de hormigón son mejores que los de madera y otros materiales
y los residentes deberían cerrar todos los sistemas de ventilación.
Las
mascarillas suministran una protección limitada.
La
típica mascarilla que se usa en un hospital no impide que pase
el aire lo cual permite que las partículas radioactivas entren
en el cuerpo.
Las
mascaras específicas como la N95 pueden ser mejores pero para
este propósito particular de proteger de radiación son
casi carentes de utilidad.
El
yoduro de potasio, que en EE.UU se agoto después del accidente
de Japón, es también de limitado beneficio.
El
yoduro de potasio llena la glándula tiroides evitando que absorba
partículas de yodo radiactivo, partículas que una central
nuclear dañada puede emitir.
Sin
embargo este compuesto inorgánico funciona por tiempo limitado
hasta que la tiroides necesita más yodo o iodo.
Puede
producir efectos secundarios como sofocos o sensación de calor
y debe de ser tomado antes o al inicio del accidente nuclear.
Una
caja de 14 pastillas para consumir en 14 días suele costar unos
20 dólares.
Remedios
Para
aquellas personas que entran en contacto con partículas radioactivas
el remedio más eficaz es quitarse toda la ropa y ducharse.
Una
ducha es muy útil para eliminar partículas radioactivas
que entran en contacto con la piel.
Tratamientos
Las personas
que accidentalmente ingieren material radioactivo tienen el riesgo de
que estas partículas contaminen el cuerpo.
En la situación
extrema de una exposición interna sustancial el objetivo sería
sacar las partículas radioactivas del cuerpo lo más rápido
posible o al menos bloquear su absorción por el organismo.
Los agentes
quelantes (químicos antagonista de metales pesados) que se
comercializan, promueven la eliminación de ciertas partículas
radioactivas.
Por ejemplo
Radiogardase trata la exposición a cesio radiactivo.
Otro agente
quelante es el pentaacetato de dietilenetriamina (DTPA) el cual pude
tratar plutonio y otras partículas radioactivas que hayan entrado
en el cuerpo.
Estos químicos
pueden reducir el impacto de una contaminación interna pero no
eliminarla por completo.
Su administración
debe de de ser dada bajo la dirección y supervisión de
un especialista ya que conllevan serios efectos secundarios.
Personas
que reciben grandes cantidades de radiación pueden desarrollar
problemas produciendo células sanguíneas.
Pueden
necesitar un trasplante de médula osea o tomar medicación
como eritropoyetina o EPO y Filgrastim para estimular la producción
de células sanguíneas por la medula ósea.
Riesgos
Un sievert
(unidad de radiación absorbida) equivale a 100
rems
Por cada
sievert que una persona absorbe aumenta su riesgo de morir de cáncer
un 5%.
No hay
consenso científico sobre si bajas dosis de radiación
suponen riesgo de cáncer.
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