Un hospital es un mal lugar para tener un ataque al corazón.
Marzo
2015 | Boletin
Mensual de Salud
Mientras
que los cardiólogos han hecho grandes progresos acelerando
tratamientos a personas que sufren un ataque cardiaco fuera del hospital,
escasa es la atención que reciben los pacientes que están
ya en el hospital por un problema médico no relacionado y que
sufren un ataque al corazón.
Estudios
recientes sugieren que dichos pacientes tienen por lo menos tres veces
más probabilidades de morir que las personas que llegan a la
sala de emergencias después de tener un ataque al corazón
en otro lugar.
Los investigadores
estiman que unas 10.000 personas al año en los Estados Unidos
tienen un ataque cardiaco en el hospital estando tratamiento por otras
enfermedades tales como cáncer o neumonía o sometidos
a un procedimiento quirúrgico como un transplante de cadera o
rodilla. Esas 10.000 personas representa alrededor del 5% de las más
de 200.000 que en los Estados Unidos sufren un importante ataque al
corazón cada año.
Los pacientes
que ya están en el hospital por otros problemas médicos
usualmente están más enfermos y sus ataques al corazón
son a menudo más difíciles de reconocer que los de enfermos
llegan a la sala de emergencias sin aliento o se quejan de dolor en
el pecho.
Pero incluso
después de que el diagnóstico se confirma, los investigadores
encontraron se tarda dos veces más de promedio llevar a un paciente
de una cama de hospital a un potencial procedimiento stent para salvarle
la vidas de lo que se tarda en urgencias. Los médicos creen que
evitables retrasos probablemente contribuyen a los pobres resultados.
Según
Brian Jaski, un cardiólogo intervencionista en el Sharp Memorial
Hospital en San Diego, la clave está en reconocer cuales son
los signos y síntomas que requieren un ECG. "Si ese electrocardiograma
nunca se hace, tenemos un problema serio".
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