Por
que algunas personas odian los gimnasios.
Marzo
2013 | Boletin
Mensual de Salud
Cuando
se trata de hacer ejercicio, muchas personas parecen dividirse en
dos grupos distintos: los que aman un entrenamiento vigoroso
y empapado en sudor y los que lo ven como una forma de tormento.
Los
científicos han descubierto que las razones por las cuales
algunos no queremos ver un
gimnasio ni en pintura no es sólo por pereza.
El
asunto tiene sus raíces en la química corporal.
Con la
esperanza de conseguir más gente en movimiento, grupos de investigación
están estudiando los procesos biológicos y químicos
del cuerpo en busca de pistas para entender lo que está detrás
de diferentes actitudes hacia el ejercicio.
Ello podría
significar que hay factores más allá de la motivación
y la disciplina para explicar por que algunas personas disfrutan
haciendo ejercicio y otras no.
Una de
las conclusiones hasta el momento es que la manera en que las personas
interpretan las sensaciones de su cuerpo durante y después
del ejercicio juega un papel importante en si les gusta hacerlo o no.
Investigadores
de la Universidad Estatal de Iowa han encontrado que la capacidad física
de las personas podría ser mucho menor de lo que muchos creen,
por lo cual muchas de estas personas van más allá de sus
límites sin darse cuenta, a la hora de hacer ejercicio.
Por ejemplo,
para las personas sedentarias, el preparar la cena podría contar
como ejercicio ya que estas personas necesitan sacar fuerzas incluso
hasta para caminar, segun indican los investigadores.
Desde los
adictos a pasar el dia delante de la televisión a los atletas
olímpicos, cada uno tenemos una capacidad física
para el esfuerzo, más allá de esa capacidad el
cuerpo empieza a estresarse y a sentirse mal.
Muchas
personas sedentarias necesitan ir más lejos de su rango intrínseco
cuando tratan de hacer ejercico demasiado rápido o intenso, lo
cual hace que odien la actividad y la quieran dejar.
La idea
se basa en lo que se llama el "umbral ventilatorio" o "umbral
aeróbico".
Normalmente,
cuando la gente respira, expulsa una cantidad de dióxido de
carbono, que es igual a la cantidad de oxígeno recibido.
Pero más
allá del umbral ventilatorio, la liberación de dióxido
de carbono empieza a exceder la ingesta de oxígeno por
parte del cuerpo.
Esta liberación
de exceso de dióxido de carbono es una señal de que los
músculos se han vuelto más acídicos, lo que el
cuerpo encuentra estresante.
Para la
mayoría de los individuos, el umbral de ventilación, o
umbral aeróbico o umbral ventilatorio, llega al 50% - 60% de
su capacidad máxima, aunque hay una variación individual
tremenda.
Para los
atletas de élite, el umbral puede ser tan alto como un
80%, mientras que las personas sedentarias suelen tenerlo
en un 35%.
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