¿Quiere hacer ejercicio para bajar de peso? Hágalo con
calor.
Febrero
2015 | Boletin
Mensual de Salud
Si
usted está pensando en hacer ejercicio para no aumentar de
peso o para bajar de peso, mire la temperatura ambiente antes de empezar.
Según
un estudio de los británicos Crabtree DR y Blannin AK, publicado
el mes pasado, hacer ejercicio en temperaturas frías estimula
la ingesta de energía (alimento) .
La mayoría
de nosotros hemos escuchado o descubierto por nosotros mismos que el
ejercicio es un medio poco fiable de control de peso. Después
de iniciar un programa de ejercicio, algunas personas pierden una o
dos libras, pero otras no pierden peso, y muchas agregan grasa corporal.
Por que
el ejercicio afecta a las personas de manera diferente en términos
de control de peso es incierto. Los científicos saben que el
ejercicio en general, aumenta el apetito, por lo cual muchos consumimos
más después de un entrenamiento de lo que quemamos durante
el mismo. Pero no todas las personas comen en exceso después
de los entrenamientos.
Tomando
nota de estas inconsistencias, investigadores de la Universidad de Aberdeen
en Escocia y de la Universidad de Birmingham en Inglaterra comenzaron
a preguntarse si la temperatura ambiente en la cual se hace ejercicio
podría posteriormente afectar el apetito y los hábitos
alimenticios.
Desde hace
tiempo se sabe que nadar en agua fría, aumenta el apetito más
que hacer ejercicio en tierra. Muchos investigadores habían asumido
que la natación en sí era la causa - que mover brazos
y piernas en agua fría dejaba a las personas voraces.
Pero los
investigadores británicos se preguntaron si el verdadero problema
era las condiciones frías y no las posiciones físicas
asumidos durante la natación. Así que decidieron ver lo
que pasaba con el apetito cuando se hace ejercicio en posición
vertical y en temperatura ambiente alternativamente fría o agradable.
Empezaron
por reclutar a un grupo de hombres y mujeres sedentarios con sobrepeso,
ya que los adultos con sobrepeso suelen tener la mayor dificultad para
perder peso haciendo ejercicio.
Llevaron
a los voluntarios al laboratorio para determinar su tasa metabólica
en reposo, la capacidad máxima de resistencia y los niveles en
sangre de ciertas hormonas relacionadas con el apetito.
Posteriormente
pidieron a cada hombre y mujer que caminaran en una cinta ergométrica
o cinta de correra a un ritmo moderado, ritmo que representaba alrededor
del 60 por ciento de la capacidad aeróbica máxima de cada
persona, durante 45 minutos y con la misma ropa cada vez.
En el primero
entrenamiento , el termostato de la habitación en la que los
voluntarios caminaban se puso en unos agradables 68 grados Fahrenheit
equivalentes a 20 grados Celsius.
Durante
un segundo entrenamiento, la habitación se enfrió a 7
grados Celsius o centígrados
En ambas
ocasiones, la humedad de la habitación era un insignificante
40 por ciento.
Al final
de cada sesión, los investigadores extrajeron sangre para detectar
hormonas del apetito. A continuación, los voluntarios se dirigieron
a un gran buffet de comida.
No se les
dijo que sus selecciones de alimentos y raciones serían controladas.
Pero eran.
Los científicos observaron la cantidad de calorías y qué
tipo - carbohidratos, proteínas o grasas - que cada voluntario
comía después de cada sesión de ejercicio.
Posteriormente
se compararon las selecciones de comida. Casi todos los caminantes consumieron
significativamente más calorías y, en particular, más
hidratos de carbono después de haber estado caminando en temperatura
fría (7 grados centígrados) que cuando lo hicieron en
temperatura más templada (20 grados centígrados).
La mayoría
de los que hicieron el ejercicio en la temperatura frío también
mostraron mayores niveles en sangre de una hormona llamada grelina que
se conoce para provocar hambre. Hubo pocos cambios en los niveles de
grelina después de haccer ejercicio en la temperatura más
cálida.
Sin embargo
no habían quemado más calorías durante la sesión
de ejercicio en temperatura fría. De hecho, los datos de los
investigadores mostraron, que habían quemado significativamente
menos calorías que al caminar en temperatura cálida.
Este hallazgo
parecer ir en contra de la idea generalizada de que el ejercicio con
frío requiere mucha energía, porque el cuerpo debe calentarse
asi mismo.
De hecho,
los investigadores concluyen, que las temperaturas cálidas exigen
más del cuerpo, debido a que debe disipar la acumulación
de calor interno. La sangre fluye lejos del estómago y de las
extremidades, hacia la superficie de la piel de modo que el exceso de
calor pueda ser liberado.
Cuando
usted hace ejercicio en condiciones más frías, dijo Daniel
Crabtree, investigador de la Universidad de Aberdeen, quien dirigió
el estudio, "usted no tiene que bombear la sangre a la superficie
para disipar el calor." La sangre debido a ello circula normalmente,
recogiendo y distribuyendo señales bioquímicas desde el
estómago y otros lugares que aparentemente incitan la liberación
de grelina, aumentando el apetito.
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