Además
de con la forma de vida y con los genes heredados, el riesgo
de cáncer también va relacionado con la mala suerte.
Los
investigadores apuntan a mutaciones que surgen cuando las células
se dividen a lo largo de la vida.
Llevar
una mala vida y heredar determinados genes son circunstancias
conocidas por aumentar el riesgo de desarrollar cáncer
en una persona.
Sin
embargo una nueva investigación concluye que la mayoría
de nuestro riesgo de llegar a tener diferentes tipos de cáncer
se debe a otro factor más importante: a la mala suerte,
a la mala suerte cuando nuestras células se dividen.
El
análisis, publicado en la revista Science, dice que las
mutaciones genéticas que surgen al azar cuando nuestras
células madre se dividen son "las principales contribuyentes
al cáncer en general, siendo a menudo un factor más
importante que cualquiera de los factores hereditarios o ambientales
externos."
Las
células madre son células biológicas indiferenciadas
que pueden diferenciarse en células especializadas y
pueden dividirse (a través de la mitosis) para producir
más células madre.
Investigadores
de la Facultad de Medicina de la Johns Hopkins University en
Baltimore analizaron artículos científicos para
identificar el número de células madre, y su tasa
de división en 31 tipos de tejidos, tejido de mama y
de próstata quedaron excluidos del análisis.
Posteriormente
compararon el número total de divisiones de células
madre en cada tejido con el riesgo de desarrollar cáncer
en ese tejido a lo largo de una vida.
La
correlación entre estos parámetros sugiere que
dos tercios del riesgo de cáncer entre los diversos tipos
de tejidos puede ser culpa del azar, o de aleatorias, "estocásticas",
mutaciones en el ADN que ocurren durante la división
de las células madre, y solo un tercio es causa hereditaria
o ambiental, como por ejemplo el tabaquismo.
Los
investigadores de la Johns Hopkins concluyen : "Por lo
tanto, los efectos estocásticos de la replicación
del ADN parecen ser el principal contribuyente al cáncer
en los seres humanos".
El
riesgo de cáncer varía considerablemente de tejido
a tejido. Aunque gran parte del cuerpo humano es músculo
o hueso, cáncer en estos tejidos es raro.
La
próstata, por su parte, es un órgano de menor
importancia, sin embargo el cáncer de próstata
es uno de los cánceres más comunes en los hombres.
El
cáncer es mucho más común en los pulmones
y en la tiroides que en el cerebro.
Parte
de la variabilidad se asocia con factores de riesgo ambientales
y con genes heredados.
Los
científicos han sabido por mucho tiempo que las mutaciones
genéticas que ocurren al azar durante la división
de células madre también juegan un papel, pero
los investigadores de Johns Hopkins han buscado cuantificarlo.
Las
células madre normalmente constituyen una pequeña
proporción de las células totales en diversos
tejidos, pero típicamente son el único tipo de
célula con capacidad para iniciar un tumor.
En
la mayoría de los tejidos, las células madre se
dividen continuamente durante la vida de una persona para reponer
o reparar tejido dañado.
Cada
nueva célula madre tiene la capacidad de permanecer como
propia célula madre o transformarse en una célula
más especializada, tal como una célula muscular
o células del cerebro.
Habibul
Ahsan, profesor de epidemiología, medicina y genética
en el Medical Center de la Universidad de Chicago, califica
la investigación de interesante, pero indica que es débil
por la falta de datos sobre el cáncer de mama y de próstata,
dos de las formas más comunes de cáncer.
También
dice que es necesaria más investigación para saber
por que las células madre en distintos tejidos se dividen
a ritmos diferentes -diferencias que tanto Ahsan como los investigadores
de la Johns Hopkins dijeron que podrían estar influidas
por factores ambientales o heredados.