Usando la electricidad para las enfermedades mentales.
Febrero
2011.
Los
médicos han sabido durante 2.000 años que la electricidad
puede ayudar a una mente con problemas, lo han sabido incluso antes
de que supiesen lo que realmente era la electricidad.
El
emperador romano Claudio, colocaba en sus sienes anguilas eléctricas
(Electrophorus electricus), peces que pueden emitir descargas de hasta
600 voltios.
Los
médicos en el siglo XVI provocaban convulsiones con alcanfor
para tratar enfermedades psiquiátricas.
En
la actualidad hay investigación avanzada en términos más
precisos para estimular y calmar el cerebro con electricidad, imanes
o incluso ultrasonido y ondas infrarrojas.
La
mayoría de las terapias están enfocadas en la depresión
pero también hay avances prometedores en el tratamiento del desorden
obsesivo compulsivo, desorden de pánico, esquizofrenia, adicciones
y problemas de memoria.
Algunos
estimuladores cerebrales están siendo incluso comercializados
para el uso en casa, de manera que los pacientes puedan tratar su propia
depresión o insomnio, aunque algunos neurólogos opinan
que la evidencia de resultados de estos aparatos es escasa.
Existe
un consenso cada día mayor entre los neurocientíficos
de que muchas enfermedades psiquiátricas se derivan de problemas
en los circuitos eléctricos del cerebro.
En
psiquiatría se ha pasado de buscar todas las causas en la madre
del paciente (al estilo Freud) , a buscarlas en desequilibrios químicos,
circuitos estropeados y genética.
Entre las
nuevas terapias estimuladoras del cerebro la más desarrollada
en la actualidad es la Estimulación Magnética Transcraneal
, aprobada por la FDA en el 2008 para tratar pacientes que no han obtenido
resultados con un solo antidepresivo.
Otras terapias
en uso son la estimulación del nervio vago (ENV), la estimulación
cerebral profunda (DBS) y la estimulación de electroterapia craneal
(CES).
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