Una mente organizada.
Diciembre
2014 | Boletin
Mensual de Psiquiatría y Psicología
Hace
más de un siglo, Sigmund Freud escribió la "Psicopatología
de la vida cotidiana." Hace más de dos décadas,
Donald Norman publicó la "Psicología de las cosas
cotidianas."
Hace
tres años, David Myers llamó a una nueva edición
de su libro de texto "Psicología en la vida cotidiana."
La palabra " cotidiana " tiene un atractivo especial en
este tipo de títulos, ya que muchos libros de psicología,
especialmente de la variedad de auto-ayuda, están escritos
para personas con los principales problemas por lidiar como el amor,
la enfermedad, el dolor, la identidad o el conflicto, dejando las
pequeñas tareas del funcionamiento mundano al sentido común,
o tal vez a los escritores de negocios que proveen de "hábitos"
y "disciplinas".
En
su libro "La Mente Organizada", Daniel J. Levitin, un neurocientífico
cognitivo de la Universidad McGill, hace un ambicioso intento de acercar
la investigación en neurociencia y la psicología cognitiva
para influir en las partes más ordinarias de nuestra vida.
Levitin
se centra en los desafíos diarios de los profesionales, gerentes
y trabajadores del conocimiento. Pero todos somos trabajadores del conocimiento
ahora, ya que todo el mundo utiliza Facebook, se comunica por correo
electrónico, y debe procesar, almacenar y recuperar un volumen
cada vez mayor de información.
En este
trabajo impresionantemente amplio y reflexivo, el Sr. Levitin hace hincapié
en las muchas maneras en que la evolución ha diseñado
nuestra mente para tener éxito en un ambiente que era completamente
diferente al mundo con la sobrecarga de información al que nos
enfrentamos ahora. El autor tiene como objetivo ayudar a hacer frente
a lo que nos enfrentamos proporcionando sugerencias concretas para resolver
los problemas cotidianos de la existencia moderna.
El Sr.
Levitin comienza explicando por que estamos en el lío en el que
estamos.
Las capacidades
de nuestro cerebro surgieron de las soluciones a los problemas a los
que nuestros antepasados se enfrentaron cuando vivían en el mundo
natural.
Tenemos
muy buena memoria para las rutas que caminamos y para los lugares donde
se encuentran las cosas, porque esas son las cosas más importantes
para los primates y mamíferos para seguir una pista.
Y nuestra
tendencia a ser atraídos por cualquier cosa nueva era de gran
valor cuando dichas cosas nuevas eran probablemente amenazas u oportunidades
importantes.
Pero estas
capacidades pueden ser una inadaptación a los retos de la vida
actual, especialmente a las partes de dicha vida fabricadas por los
humanos.
Procesos
memorísticos sintonizados para rutas y lugares simplemente no
están diseñados para almacenar la casi infinidad de contraseñas
únicas (cadenas aleatorias de letras, números y puntuación)
que la seguridad de Internet demanda.
Sistemas
de toma de decisiones que priman la novedad nos traicionan cuando millones
y millones de datos se consiguen apretando la tecla de unordenador.
"Cada
actualización de Facebook, cada mensaje de Twitter o el texto
que recibe de un amigo", según el Sr. Levitin, "está
compitiendo por los recursos en su cerebro con cosas importantes como
la posibilidad de poner sus ahorros en acciones o bonos, en donde ha
dejado su pasaporte, o la forma de conciliarse con un amigo con el que
acaba de tener una fuerte discusión.
Todo esto
acumulado es una carga para nuestras habilidades de procesar información,
recordar y tomar decisiones.
¿Qué
hacer?
El Sr.
Levitin aconseja lo siguiente:
Delegar
tareas en maquinas no en humanos.
Organizar
nuestras mentes no en aprender trucos mentales o en hacer ejercicios
para el cerebro, sino en organizar nuestro entorno físico-literalmente.
El organizar
mundo físico en el que habitamos todos los días. Este
esfuerzo puede reducir demandas innecesarias en nuestras capacidades
cognitivas, especialmente en nuestra capacidad de prestar atención,
que él llama con razón "el recurso mental más
esencial para cualquier organismo.
Las sugerencias
van desde la simple (mantener a la vista las cosas a las que hay que
acceder con mayor frecuencia) a la detallada, como la creación
de varios sistemas de archivo, incluyendo un cajón para lo no
importante y un archivo para "varios".
Al explicar
los sistemas de archivo, el Sr. Levitin escribe, "la clave para
crear categorías útiles en nuestros hogares es limitar
el número de cosas que contiene cada categoría, una o
como máximo cuatro (respetando las limitaciones de nuestra capacidad
de memoria de trabajo).
Sin embargo
hay una técnica anticuada que pasa por alto: el hábito
de escribir las cosas.
Tomar notas
explota un principio cognitivo importante: Las cosas se recuerdan mejor
si están codificadas en más de una forma.
Una idea
fugaz no deja una fuerte huella, pero combinándola con el complejo
acto cognitivo de traducirla en palabras y poniendo esas palabras en
un papel es muy probable que afecte sus pensamientos posteriores más
que si deja pasar la idea desapercibida.
Por
favor suscribase a nuestro Boletin
de Salud