Evaluación
del riesgo de suicidio y la intervención en personas
con enfermedad mental.
Título
del estudio:
Evaluación
del riesgo de suicidio y la intervención en personas
con enfermedad mental.
Estudio
publicado el 9 de Noviembre del 2015 el BMJ, originalmente British
Medical Journal, revista de la Asociación Médica
Británica.
Autores
del estudio:
Bolton
JM1, Gunnell D2, Turecki G3.
1
Departamentos de Psiquiatría, Psicología y Ciencias
de la Salud de la Comunidad de la Universidad de Manitoba, Winnipeg,
MB, R3E 3N4, Canadá jbolton@hsc.mb.ca.
2
Escuela de Medicina Social y Comunitaria de la Universidad de
Bristol, Bristol, Reino Unido.
3
Departamentos de Psiquiatría de la Universidad McGill,
Montreal, QC, Canadá.
Resumen
del estudio:
El
suicidio es la décimo quinta causa más común
de muerte en el mundo.
Aunque
relativamente poco frecuente en la población en general,
las tasas de suicidio son mucho más altas en personas
con problemas de salud mental.
Los
médicos a menudo tienen que evaluar y gestionar el riesgo
de suicidio.
La
evaluación de riesgos es un reto por varias razones,
entre otras cosas porque los enfoques convencionales de evaluación
del riesgo se basan en informes del propio paciente y los pacientes
suicidas usualmene deseen ocultar sus planes.
Los
métodos precisos de predicción de un suicidio
por lo tanto siguen siendo esquivos y se están estudiando
activamente.
Nuevos
enfoques para la evaluación del riesgo han demostrado
ser prometedores, incluyendo herramientas derivadas empíricamente
y pruebas implícitas de asociación.
La
prestación de servicios a los pacientes suicidas a menudo
es deficiente, sobre todo en los momentos de mayor necesidad,
tales como después de un alta hospitalaria o una salida
de sala de urgencias.
Aunque
existen varios tratamientos basados en medicación y en
psicoterapia los mejores enfoques para reducir el riesgo de
suicidio aún no están claros.
Algunas
de las evidencias más convincentes apoyan tratamientos
establecidos hace tiempo como el litio y la terapia cognitivo-conductual.
Opciones
emergentes incluyen psicoterapias basadas en ketamina y en Internet.