A medida
que los Índices de suicidio aumentan,los científicos descubren
nuevos indicadores de aviso.
Algoritmos
informáticos, biomarcadores y otras técnicas avanzadas
ayudan a identificar problemas con anterioridad.
La depresión
hace tiempo se supone que es un factor de riesgo para el suicidio. Pero
mientas que investigaciones recientes han encontrado que las personas
con depresión son más propensas a tener pensamientos suicidas,en
realidad son aquellas personas con otros trastornos las que tienen el
mayor riesgo de intento de suicidio .
Los científicos
están avanzando en la búsqueda de soluciones a uno de
los problemas más acuciantes en la salud mental: como predecir
quien está en riesgo de suicidio
Buscan
biomarcadores, tales como patrones de actividad cerebral en una tomografía
de resonancia magnética funcional o niveles de hormonas del estrés
en la sangre, biomarcadores vinculados a pensamientos y actos suicidas
.
Están
creando algoritmos informáticos, alimentados con decenas de miles
de piezas de datos, para llegar a medidas de riesgo. Se están
fijando en los patrones de sueño e incluso en las respuestas
a las tareas informáticas especializadas que pueden revelar sesgos
inconscientes hacia la autolesión.
Existe
una gran necesidad porque la realidad es que es muy difícil para
los psiquiatras y psicólogos identificar quien está en
riesgo de suicidio. En la actualidad se basan, en gran medida,simplemente
en preguntara a los pacientes.
Sin embargo,
un potencial suicida a menudo oculta sus planes. De hecho, investigadores
de la Universidad de Harvard y del Hospital General de Massachusetts
encontraron que los médicos no eran más exactos que el
azar a la hora de predecir que pacientes eran propensos a intentar el
suicidio seis meses despues de acudir a una sala de emergencias psiquiátricas
.
Factores
de riesgo ampliamente aceptados, como ser varón, tener un historial
de enfermedad mental y experimentar factores desencadenantes de estrés
como pérdida de trabajo o de una relación, a menudo no
son suficientemente específicos , ni son de mucha ayuda.
Mientras
que la depresión es la enfermedad mental que está más
fuertemente asociada con pensamientos suicidas, no conduce a menudo
a actos suicidas.
Investigaciones
recientes han demostrado que se trata de otras enfermedades mentales,
tales como los trastornos de ansiedad, problemas con el control de los
impulsos y la adicción, las que en realidad están más
fuertemente vinculadas a intentos de suicidio.
La mayoría
de los primeros intentos de suicidio se producen dentro de un año
de la aparición de pensamientos suicidas.
El profesor
Matthew K. Nock y sus colegas del Departamento de Psicología
de la Universidad de Harvard, donde investigan el suicidio y las autolesiones
están terminando un estudio para crear una medida del riesgo
de suicidio individual.
Utilizando
las historias clínicas de 1,7 millones de pacientes en un sistema
de atención de salud general,
analizaron mediante algoritmos más de 30.000 diferentes factores
de riesgo, incluidos los tradicionales de edad e historia de salud mental.
Encontraron
que algunas sorprendentes cuestiones tales como problemas gastrointestinales,
infecciones y lesiones como fracturas de costillas, estaban ligadas
a un mayor riesgo de suicidio.
El Dr.
Nock indica que algunas de estas lesiones pueden ser auto-infligidas
o relacionadas con el comportamiento impulsivo.
Usando
los datos históricos, el enfoque fue capaz de detectar el 45%
de los actos suicidas en una media de tres años antes del evento.
El Instituto
Nacional de Salud Mental de los EE.UU. ha iniciado recientemente un
estudio que va a utilizar escáneres cerebrales, extracciones
de sangre y otras pruebas para identificar biomarcadores que están
relacionados con riesgo inminente de suicidio.
Otro estudio
del mismo grupo ha encontrado que, los sujetos con depresión
severa, que pasan más tiempo despiertos entre las 4 y las 5 de
la madrugada (medido por un estudio del sueño llamado polisomnografía)
están vinculados a un mayor riesgo de suicidio .
Ambos estudios
del Instituto Nacional de Salud Mental también están probando
el fármaco ketamina como un tratamiento potencial para los pensamientos
suicidas.
Los investigadores
también están estudiando los niveles de la hormona del
estrés cortisol como un marcador potencial de riesgo de intentos
de suicidio.
Un estudio
publicado recientemente en la revista Neuropsicofarmacología
hizo un seguimiento a 208 personas cuyos padres tenían un trastorno
del estado de ánimo. Se encontró que aquellos sujetos
con antecedentes de intentos de suicidio tenían niveles más
bajos de cortisol basal y una menor producción de cortisol en
respuesta a una tarea estresante como dar un discurso o resolver un
problema matemático.
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