El uso de antipsicóticos
como antidepresivos.
Mayo
2015 | Boletin
Mensual de Psiquiatría y Psicología
Título
del estudio:
Antipsicóticos
como antidepresivos.
Estudio
publicado en Asia-Pacific Psychiatry el 12 de mayo del 2015.
Autores
del estudio:
Roberts
RJ1, Lohano KK1, El-Mallakh RS1.
1 Programa
de Investigación sobre los Trastornos del Estado de ánimo,
Centro para la Depresión, Departamento de Psiquiatría
y Ciencias del comportamiento, Facultad de Medicina de la Universidad
de Louisville, Louisville, KY, Estados Unidos.
Resumen
Tres agentes
antipsicóticos de segunda generación (SGA) han recibido
la aprobación de la FDA para el tratamiento adyuvante, a antidepresivos,
del trastorno depresivo mayor: quetiapina, aripiprazol y la olanzapina.
Además, la quetiapina y lurasidona han sido aprobadas para el
tratamiento de la depresión bipolar.
Hay datos
que sugieren que la quetiapina es eficaz para el trastorno depresivo
mayor como monoterapia. Estos agentes son eficaces para la depresión
solo en dosis subantipsicóticas.
Perfiles
del receptor predicen que todos los antipsicóticos de segunda
generación tendrán efectos ansiolíticos en dosis
subantipsicóticas pero que todos serán disforogénicos
en dosis completas antipsicóticas (es decir, producirán
un cuadro clínico tipo depresión).
El efecto
antidepresivo parece ser exclusivo de algunos agentes, con evidencia
directa de la acción antidepresiva insignificante para la ziprasidona.
Tres principios
generales pueden guiar el uso de antipsicóticos como antidepresivos:
(i) los antipsicóticos de segunda generación pueden tener
efectos ansiolíticos; (ii) dosis completas antipsicóticas
son disforogénicas (causan un estado de insatisfacción,
ansiedad e inquietud) y por lo tanto, dosis subantipsicóticas
deben usarse; y (iii) antipsicóticos de segunda generación
no tienen un efecto antidepresivo general, más bien, esto parece
ser único en la quetiapina y el aripiprazol y posiblemente en
la lurasidona.
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