Título
del estudio:
Grasa láctea
y riesgo de enfermedad cardiovascular en 3 cohortes de adultos de Estados
Unidos.
Estudio
publicado en Noviembre del 2016 en la American Society for Nutrition
Autores
del estudio : Mu Chan et al. del Departamentos de Nutrición y
Epidemiología, de la Escuela de Salud Pública de Harvard,
Boston, MA.
Resumen
Antecedentes:
Pocos estudios
prospectivos han examinado la relación de la grasa láctea
con las enfermedades cardiovasculares (ECV).
Objetivo:
El objetivo
del estudio fue evaluar la asociación entre la grasa láctea
e incidentes enfermedades cardiovasculares (ECV) entre las personas
adultas de los Estados Unidos.
Diseño:
Hicimos
un seguimiento a 43.652 hombres en el Estudio de Seguimiento de Profesionales
de la Salud (1986-2010) y a 87.907 mujeres en el Nurses' Health Study
(1980-2012) y a 90.675 mujeres en el Nurses' Health estudio II (1991-2011).
La grasa
láctea y otras grasas ingeridas fueron evaluadas cada 4 años
con el uso de cuestionarios
de frecuencia de alimentos validados.
Resultados:
Durante
5.158.337 personas-años de seguimiento, documentamos 14.815 casos
de incidentes de enfermedades cardiovasculares incluyendo 8.974 casos
de enfermedad coronaria (infarto de miocardio no fatal o enfermedad
coronaria mortal) y 5.841 casos de accidente cerebrovascular.
En el análisis
multivariante, en comparación con una cantidad equivalente de
energía de los carbohidratos (excluyendo las frutas y hortalizas),
la ingesta de grasas lácteas no se relacionó significativamente
con el riesgo de ECV total (para un aumento del 5% en la energía
de la grasa láctea, IC = 95%: 0,98, 1,09), o accidente cerebrovascular
(RR: 0,99; IC del 95%: 0,93; 1,05) (P> 0,05 para todos).
En los
modelos en los que se estimaron los efectos del intercambio de diferentes
fuentes de grasa, la sustitución del 5% de la ingesta energética
de grasa láctea por la ingestión energética equivalente
de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) o de grasa vegetal se
asoció con un menor riesgo de ECV del 24% (RR: 0,76; IC del 95%:
0,71; 0,81) y del 10% (RR: 0,90; IC del 95%: 0,87; 0,93).
Mientras
que la sustitución de 5% de la ingesta energética de otras
grasas animales con grasa láctea se asoció con un aumento
del 6% en el riesgo de ECV (RR: 1.06; IC del 95%: 1.02, 1.09).
Conclusiones:
El reemplazo
de grasas animales, incluyendo grasa láctea, con fuentes vegetales
de grasas y PUFAs puede reducir el riesgo de ECV. Si la matriz de alimentos
puede modificar el efecto de la grasa láctea sobre los resultados
de salud merece más investigación.
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