Investigadores
de la University of California, Davis, y de instituciones españolas,
han encontrado que los
criadores de plantas en la industria del tomate al seleccionar
las variedades que son uniformemente de color verde claro antes
de que maduren, porque dicha variedad de la planta de tomate
es fácil de identificar mientras se cosecha, hacen que
el tomate que se consume sea menos dulce.
Los
agricultores prefieren tomates ligeramente verdes o de color
desigual, ya que los puedan identificar más fácilmente
cuando el fruto está listo para ser recogido.
El
rasgo, que es una mutación, inhibe una proteína
llamada GLK2, que la planta del tomate utiliza para producir
azúcar.
La
proteína GLK2 determina el desarrollo de los cloroplastos,
los cuales permiten a las plantas convertir la luz solar en
azúcar en un proceso conocido como fotosíntesis.
Cloroplastos subdesarrollados conducen a que la planta tenga
menos azúcar.
Alrededor
del 70% - 80% de azúcar del tomate viene de la actividad
fotosintética en las hojas de la planta, las cuales transportan
el azúcar al fruto.
El
restante 20% - 30% viene directamente del fruto.
Los criadores de planta de tomate podrían utilizar el
gen para incrementar la dulzura.
Hay
que tener presente que el azúcar es "sólo
uno" de los factores relacionados con el sabor. El licopeno,
que da al tomate su color rojo, es otro de los factores que
dan sabor al tomate.
La
manera de cultivar un tomate no solo afecta al azúcar.
Los
criadores en las últimas décadas han hecho los
tomates más firmes para facilitar el transporte marítimo,
cambiando la composición del fruto mediante el aumento
de la carne interior para dar más estabilidad y mediante
la reducción de la ultra-dulce jalea gelatinosa del tomate,
que es lo que llega a las papilas gustativas en primer lugar.