Una
dieta alta en proteína en comparación con una dieta
baja en proteína en un estado de déficit de energía
(ingesta de
energía menor que el consumo de energía) combinada con
ejercicio intenso promueve una mayor ganancia de masa magra y la pérdida
de masa grasa: un ensayo aleatorio.
Marzo
2016 | Boletin
Mensual de Nutrición
Autores
del estudio:
Thomas
M Longland, Sara Y Oikawa, Cameron J Mitchell, Michaela C Devries, y
Stuart M Phillips.
Afiliaciones
de los autores:
Departamento
de Kinesiología, Grupo de Investigación sobre el Metabolismo
y el Ejercicio, de la Universidad de McMaster, Hamilton, Canadá
Estudio
publicado este mes de marzo en la Sociedad Americana para la Nutrición
Resumen
del estudio.
Antecedentes:
Una ingesta
de proteínas más alta que la Ingesta
diaria recomendada, durante un déficit de energía ayuda
a preservar la masa corporal magra (LBM), especialmente cuando se combina
con ejercicio.
Objetivo:
El objetivo de este estudio fue realizar un ensayo de prueba de principio
para poner a prueba si la manipulación de la ingesta de proteínas
en la dieta durante un déficit energético marcado, además
de la práctica de ejercicio intenso afectaría a los cambios
en la composición corporal.
Diseño:
Se utilizó
un estudio prospectivo , doble ciego, aleatorizado (randomizado) , de
grupos paralelos.
Durante
un período de 4 semanas, proporcionamos dietas hipoenergética
(~ 40% de reducción en comparación con los requisitos)
proporcionando 33 ± 1 kcal / kg a hombres jóvenes que
fueron asignados al azar (n = 20 / grupo) a consumir, ya fuera una dieta
con proteína inferior (1.2 g · kg-1 · d-1) o dieta
control (CON) o una dieta de mayor proteína (2.4 g · kg-1
· d-1) (PRO). Todos los sujetos realizaron el entrenamiento con
ejercicios de resistencia combinada con entrenamiento de intervalos
de alta intensidad durante 6 días / semana. Una evaluación
del modelo de 4 compartimientos o componentes (graso, muscular, óseo
y residual) de la composición corporal se hizo antes y después
de la intervención.
Resultados:
Como resultado
de la intervención, la masa magra o masa no-grasa aumentó
(P <0,05) en el grupo con una dieta de mayor proteína (PRO)
(1,2 ± 1,0 kg) y en mayor medida en comparación con el
grupo de control CON (0,1 ± 1,0 kg).
El grupo
con una dieta de mayor proteína (PRO) tuvo una mayor pérdida
de masa grasa que el grupo de control (CON) (PRO: -4.8 ± 1.6
kg; CON: -3.5 ± 1,4 kg).
Todas las
medidas de rendimiento en el ejercicio mejoraron de manera similar en
los grupos PRO y CON, como resultado de la intervención sin efecto
de los suplementos de proteína.
Los cambios
en el cortisol sérico durante la intervención se asociaron
con cambios en la grasa corporal (r = 0,39; p = 0,01) y en la grasa
magra (r = -0,34, p = 0,03).
Conclusiones:
Nuestros
resultados mostraron que, durante un déficit energético
marcado, el consumo de una dieta que contiene 2,4 g de proteína
· kg-1 · d-1 fue
más efectivo que el consumo de una dieta que contenía
1,2 g de proteínas kg-1 · d-1 en promover incrementos
en la grasa magra y pérdidas de masa de grasa cuando se combina
con un volumen alto de resistencia y ejercicio anaeróbico.
Los cambios
en el cortisol sérico se asociaron con cambios en la grasa corporal
y la masa corporal magra, pero no explican gran variación en
ninguna de las medidas.
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